El viaje en autobús fue divertido y todos llevamos puestos los cinturones de seguridad.
Al llegar, anduvimos unos metros hasta la puerta principal del Museo, que no abre hasta las diez de la mañana, y tomamos un "tente en pie" para aguantar sin almuerzo hasta la vuelta al cole.
Desde ese sitio vimos las torres de Serranos y los árboles del parque del río.
Al entrar en el Museo, dejamos las chaquetas y mochilas en un armario, para ir más cómodamente por el recorrido. Y nos presentaron a nuestros guías.
Nos gustó mucho la cúpula, que parece un cielo estrellado.
En el Museo abundan los cuadros de tipo religioso, pero el objetivo de la visita para niños de esta edad, es tratar de descubrir qué es un RETRATO, UN BODEGÓN y UN PAISAJE, principalmente.
Vimos una tabla del pintor valenciano Vicente Masip, en la que nos contaron la historia de MARTA.Un RETRATO de san Miguel Arcángel, de Miguel Esteve, en la que la guía cuenta una historia muy graciosa sobre el dragón y la armadura y estandarte del personaje; un BODEGÓN DE CRUSTÁCEOS, de Onofrio Loth, en la que parece que el cangrejo cobra vida y se mueve por el museo;y los PAISAJES de puentes de pintores flamencos, en donde los protagonistas son los propios niños.
En el taller, tienen la oportunidad de conocer qué detalles pueden aparecer en los retratos, en los paisajes y en los bodegones y "crean" entre todos una particular obra.
Para finalizar,con los ropajes y utensilios de un baúl se visten para ser por un momento y para la foto de recuerdo, los protagonistas modernos de un cuadro.
Nos acompañaron los padres de Amine, Celeste y Óscar, y esta es la foto de recuerdo a la salida del Museo.
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